Harry y su madre tienen sueños muy distintos: ella está permanentemente a dieta esperando el día en que pueda participar en su concurso televisivo preferido. Mientras tanto, Harry y Tyrone (mejor amigo de Harry) comienzan a trabajar como narcotraficantes. Harry y Marion planean abrir una tienda con el dinero que ganen para vender sus cuadros. Tyrone, por otro lado, ve este éxito como una oportunidad para salir de la dura vida en las calles. A pesar de todo, Harry y Marion no se resignan y harán lo inimaginable para conseguir la vida que anhelan hasta llegar a los lugares más oscuros de la ciudad.